Sintiéndonos
en deuda con los noruegos que mantienen el refugio de montaña que nos acogió
nuestra primera noche de esta ruta, me decido a contar la aventura que es, ya
que comprobamos que la guía la desmerece bastante.
18 horas andando, 58´ 2 km, 3 – 4 días. Chanchan chanchan!
Día 1. Finse – Geiterygghytta (5 horas, 18 km.).
Empezamos a andar desde Finse (importante: hay un hotelito muy cuqui, si
queréis hacer noche en él) siguiendo las Ts rojas, hay miles y se ven muy bien. Y tal cual,
vas andando, cruzas un puente y a las dos horas ves un refugio. Cuando llegamos
estaba abierto (¡!) y pudimos cenar y dormir allí (había pasta, cereales, cus
cus, té,… fue increíble), había empezado a llover y a hacer mucho viento,
además se iba a hacer de noche en breve (fue muy romántico, no obstante!). Nos
tapamos con seis sacos de dormir que había allí (gracias a quien corresponda!).
En el caso que no os pase esto mismo no tenéis porqué hacer noche aquí y podréis
seguir andando y cruzar dos ríos en los que con altas posibilidades os mojareis
los pies hasta Geiterygghytta. Allí hay una casa rural, ovejas y gallinas. Lo
bueno es que después de la ducha de agua caliente y de poder secar tus
zapatillas y resto de ropa en una especie de sauna para ropa, la vida vuelve a
ser maravillosa. Lo malo es que la ducha vale 10 kr. 4 minutos y que después de
desayunar aparentemente puedes coger algo del buffet para media mañana, pero al
pagar nos cobraron 2 euros por slice (negrita, cursiva,
subrayado) de pan! La cena y el desayuno estaban ricos.
Día 2. Geiterygghytta – Osterbo (7 horas, 20´ 2 km.). Ojo: en algunas guías pone
que este trayecto puede hacerse en dos tramos, durmiendo en Stemmerdalen, pero
esta casita está cerrada, por lo que no queda más que hacer las siete horas de
una vez. Ok, pues andamos de nuevo, en este caso no había ríos
pero sí mucho barro. Mucho. Al poco tiempo las zapas ya son marrones, pero
bueno, esto no será así siempre. Muy ricas las vistas y los bocadillos que
llevas. Hay un momento que ves la meta desde lejos, parece que está más cerca
de lo que realmente está (aún quedan dos horas), pero ya hay menos barro.
Llegas a Osterbo que es como una mini aldea y hay dos casitas para dormir. La
cena está muy muy rica y no tienes que echar monedas para la ducha. Lo malo es
que hay miles de animales disecados decorando toda la casa (?). No sabemos si
aquí cobraban el pan que te llevas del desayuno, porque procedimos a la
depurada técnica del bolsillo.
Día 3. Osterbo – Vassbygdi (6 horas, 20 km.). Es
el tramo que más nos gustó, miles de cascadas imposibles según vas andando. Hay
muchos tramos de bajadas con piedras y sabes que estás llegando al final cuando
puedes dejar de mirar al suelo mientras andas. Llegas a Vassbygdi, que es un pueblecito
mini con una carretera, varias casitas y una parada de autobús, puedes cogerlo
a Flam o a Aurland. Nosotros fuimos a Aurland porque un señor se ofreció a
llevarnos diciéndonos que era más fácil que hubiese sitio para dormir allí, y
así de rápido nos convenció.