El fin (Entrada de Rita)
Entra el Jefe de Servicio a la Sala de Citología, donde últimamente me encuentro recluida unas 10 horas al día.
El café en tacita monísima es imprescindible.
Bueno, decía que entra el Jefe de Servicio y le dice al médico jefe de citología:
-Bueno, qué, ¿con tus rifles se podría matar un elefante?
-Qué va, de eso nada, yo con mis rifles [insertar aquí el nombre técnico de no sé qué municiones o armas o calibres] tengo permiso hasta búfalo.
No es coña. Pero oye, es un médico súper campechano.
Al final, gracias a esta bonita anécdota que me distrae entre citología vaginal y citología vaginal, me he acordado de lo que hasta ahora es el mejor ejemplo que se me ha ocurrido de que, a veces, los medios justifican el fin: la caza.
El rey mata elefantes y mi jefe mata todo lo que le dejan (el otro día comentaba que había subido no se cuántas veces a Zamora con "permiso de lobo"), pero para que esta afición moralmente cuestionable pueda realizarse, no hay más remedio que mantener los espacios naturales. De modo que, a cambio de matar algunos elefantes, puede que parques nacionales que podrían pudrirse y desaparecer por falta de recursos, obtengan una fuente de financiación que les permite mantenerse y ampliarse.
Tanto en la cuestión de si el fin justifica los medios o si los medios justifican el fin, todo se reduce a cuál de los dos lados de la balanza tiene más peso. En este caso creo que para mí está claro, mientras no tenga que ser yo la que dispare.
Cambiando de tema, me quiero hacer una citología líquida. ¡Son tan monas! (seguro que la mía saldría espachurrada y embadurnada de Doderlein pero es bonito soñar).
