31 de Diciembre de 2010

Luego me llamáis supersticiosa... pero escribir esas cosas en el blog nos da mala suerte. Ya tengo que escribir este post sombra para tapar los restos de ceniza de ese piso que ya no será nuestro piso.

Chao 2010, mientras durabas he encontrado la casa de mi vida, el trabajo de mi vida y el hombre de mi vida... (!!)

Mañana va a ser como cuando te vas de vacaciones y llega el último día y no lo disfrutas por la ansiedad de pensar que es: el último desayuno, la última comida, el último baño, la última cena,... fffffffffelicísimo 2011!

Están como emocionados con el baño, ¿no?

¿Y quién no se emociona con un suelo de baldosas amarillas? Y con patio, y con lavavajillas. Rita y Justine se mudan juntas y su padre dice que no lo hemos planificado nada. Y tiene toda la razón. ¡Nos quedan dos habitaciones libres!

Noche sabinera

Seguro que no sabes lo que estoy pensando cuando me dices algo a través del cristal del despacho y sonrío y digo que sí sin entender una palabra.

Seguro que no te das cuenta de la onda expansiva que se produce en mi mano y sube por mi brazo cuando me rozas sin querer.

Supongo que no sabes que las camisas de manga corta no quedan bien con pantalón de vestir.

[Me he currado el formato y no ha servido para nada]

Marta Domínguez

Si todos los controles antidoping que les hacen a los atletas se los hicieran a los futbolistas no quedaría ni uno jugando.

Parece que la tele y los periódicos siempre quieren hundir a las mejores, ya hicieron lo mismo con Marion Jones...

Lo que hubiéramos sido tú y yo si no fuéramos tú y yo

Tu parte de atrás del abrigo vista desde el espejo retrovisor de mi coche. Mira que he hecho un Stop de más de cinco minutos, pero no te has dado la vuelta. Quizá oías el motor y seguías haciéndote el duro.

Te hubiese dicho miles de cosas, todas las que te he escrito durante treinta minutos en un email que después he borrado en dos segundos, sin enviártelo. Seguramente todas esas mierdas sean mentira y mañana ya no las piense y esta noche ya tampoco. Pero son verdad y se me atragantan todas así a borbotones cuando te veo despertarte por la mañana, con los ojos llenos de legañas y sin darme ni un beso más que los establecidos en el protocolo.

Realmente todo esto que he escrito no dice nada, igual que tampoco me lo digo yo a mí misma, ni tú a mí, ni yo a ti, ni nadie a nadie.

Síndrome de Katraska, ese gran conocido

Estas son mis cagadas más comunes:

1. Quemar toda la comida en general. A veces cuando se quema el aceite hace llama hasta el techo y derrite; y no, la solución no es agua, es manta toledana encima; y no, tampoco cotilléis a ver si ya se ha acabado el O2 porque entra más y surge el llamón de nuevo. Hay veces que del calor, en el microondas se me han roto vasos y platos.
2. Lavar una colchoneta inflable rosa en la lavadora y que todo se vuelva rosa (no la iba a dejar solita en la lavadora).
3. Cortar folios con un cúter afilado encima de un colchón, que se me vaya la mano y rajar: sábana, cubrecolchón y colchón hasta la médula. “Arreglarlo” cosiéndolo plano a plano y luego una capita de superglú, para reforzar, sin haber tenido en cuenta que luego, al secarse, eso rasca que da gusto.
4. Arreglar una horquilla con superglú y ponérmela demasiado pronto. Se me pegó al pelo definitivamente. Corté por lo sano, me quedó un quiqui muy chic.
5. Lavarme los dientes con gel de ducha. Sabe saladito y hace mil de espuma.
6. Tener un instinto irrefrenable, como todos los instintos, de tirar de las etiquetas de la ropa nueva, con el resultado, claro está, de cargarme la prenda recién adquirida. (of!)
7. Intentar teñir algo para arreglarlo y cargarme de paso 5 cosas más (es cierto).
8. Ponerme a pintar con un poncho con flecos, y que los flecos se metieran en el cubo de pintura morada. Poncho RIP.
9. Decir: ¿quién ha sido el retrasado mental que ha ido a la clase de optativa el día del puente? y que uno, con cara de BL, responda: YO. Tierra, si tienes glotis, trágame.
10. Ponerme a planchar con bikini (un día), y quemarme la tripa, cicatriz que aun luzco.

Por todo esto, y mucho más, descarto por completo la compra de una olla a presión, puede ser un arma muy peligrosa bajo mi mando.