Mejor:
- Que el viaje comenzara oyendo "El Pirata Cojo" en el avión. Nada puede ir mal después de eso.
- Las bicis. Bicis, bicis, bicis, bicis. Abuelos en bici, ejecutivos en bici, hombres-anuncio-bici, taxis-bici, carritos de bebé-bici... Creo que sólo faltaban los misteriosos hombres-bici.
- Que una ciudad 4 veces más pequeña que Madrid tenga un transporte público 4 veces mejor: tren, metro, tranvía, autobús y alquiler de bicicletas.
- Que sea más común ver a los bebés en brazos de sus padres que en brazos de sus madres. Lo malo es que esto nos sorprenda.
- Que en el McDonalds ¡¡hay McRib!! Y está buenísimo...
- Que en todas partes tienen pinchos para que las palomas no se posen. Hay muy pocas y la mayoría no están lisiadas, como aquí.
- La bañera del hotel. Grande y limpia... y junto con el botecito de gel-mousse que regalaban el otro día con el 20 minutos, una maravilla.
- Marburgo, una pequeña ciudad a una hora de camino, muy bonita y con unos platos típicos, "los gratinados", buenísimos pero enormes. De esos que te da muchísima pena no poder acabarte.
- Que en esta ciudad, cuando los niños aprenden a andar y se bajan del carrito, los echan. O algo así debe pasar, porque carritos hay a montones, pero niños, lo que se dice niños, no hay ni uno.
- Que en el hotel nos dieran desayuno incluido, aunque la reserva era de sólo alojamiento. Y lo bueno que estaba, y lo loca que me vuelvo yo cuando es buffé... Un día desayuné: un huevo cocido, dos albóndigas, dos sándwiches de jamón y queso, una tostada con mantequilla y mermelada, una tostada con nocilla, dos vasos de zumo y un café (con sacarina).
- El museo del cine y el de las comunicaciones. En el primero porque podías ver las primeras máquinas de cine (esos papelitos que pasabas rápidos y que daban ilusión de movimiento) y usarlas. En el segundo porque veías un teléfono de esos de girar la ruedita de números y cómo la centralita se movía automáticamente para conectar con el destino. Los dos, por no ser "los típicos".
- La Guía Trotamundos. Acertó en todo lo que decía y consiguió que por primera vez en muchos viajes, nos hayamos vuelto sin tener una de esas cenas que dices: menudo cacho de timaco...
- El Bar-Terraza Lucky's, en la zona Gay-Lesbiana de la ciudad (que por cierto encontramos por casualidad, será que nuestro radar ha dejado de hibernar). Un bar con mesitas, agradable, con una carta variada y con batidos buenísimos. ¿Cuándo piensan poner algo así en Chueca y erradicar las terrazas-parásito de la plaza, que son carísimas y no tienen nada rico?
- Las salchichas. Sobre todo las blancas...
Peor:
- Que todas las pastelerías-panaderías tenían los mostradores llenísimos de avispas. ¿Cómo pueden trabajar así? Yo moriría de un infarto en la primera mañana... o me quedaría escondida en el cuarto de las escobas para siempre.
- El café... o muy fuerte o de chichiná.
- El sistema de información sobre el transporte público. Nada más llegar del aeropuerto, sólo puedes sacar los billetes en máquinas, que por supuesto están en alemán. Hay un botoncito para cambiar el idioma que, curiosamente, sólo cambia las chorradas y no el grueso de la información. Menos mal que un alma caritativa nos vio con cara de pena hablando en español y nos dijo qué teníamos que pulsar. Días más tarde nos dimos cuenta de que habíamos hecho el tonto, primero porque NUNCA PIDEN el ticket y ni siquiera hay sitios para validarlos. Y segundo porque había una opción de grupo que nos hubiera salido más barata. El día que fuimos a Marburgo un chico de información nos sacó el billete pero no nos dijo que había unos trenes especiales que no podíamos coger. A la vuelta, el revisor (primero y último que vimos) nos pidió el ticket y nos hizo bajarnos en la siguiente estación. Maravilloso.
- El chucrut. Lo siento, pero no. Está malísimo.
- El olorcito del río Meno. El paseo a la orilla está muy bien, pero casi mejor si estás acatarrado.
- ¡No hay pasteles! Ni en los restaurantes tienen postres ricos, ni en las pastelerías hay pasteles. Sólo bollos, y siempre iguales.
- Algunas visitas prescindibles: el castillo de Marburgo, la casa de Goethe y el "barrio joven" de Frankfurt, que resultó dar bastante mal rollo.
14 cosillas on "Dos bolleras en Frankfurt comiendo salchichacas"
Jajajajaja! Genial el post! Por qué todas las ciudades a las que vamos últimamente no tienen niños?? Mmmmmmmm! Me mata lo de que no haya pasteles... pero lo del Mc Rib es maravilloso!
El término terrazas - parásito me ha encantado! Pienso incluirlo en mi vocabulario! Además, las que venden helado siempre cierran super pronto =P
No tendrías problemas por los pasteles, porque lo que hay a montones son helados. Llegué a ver "Cucuruchos de 8 bolas", que no sé cómo coño se las apañarían para hacer. Y además, baratos.
Jajajaja, seguro que Marga sacó nuevas ideas para nuestro nuevo proyecyo pastelero ;)
Por cierto, lo del Pirata Cojo me ha parecido genial!!!
Que me corrija Marga si me equivoco, yo creo que la pobre, mira que ha mirado y remirado las pastelerías, pero es que no había nada que rascar!
Jajaja! por partes:
- Me daría 1.000 de ansiedad ser una paloma en esa ciudad... tienen que estar siempre volando!
- Sorry Rita, la heladería de Chueca no cierra súper pronto... ha cerrado para siempre!
- Imaginadme paseando por la orilla de ese río... no sé si podría andar entre arcada y arcada...
- Totalmente de acuerdo en lo de las terrazas de chueca...son una basura!
Jajajajajaja, joder, es verdad lo de las palomas!! Algo así como los zapateros en el agua, que si no nadan todo el rato se hunden... (o me lo he inventado?)
Qué?? nunca había oído eso... los zapateros son los bichos que son como mariquitas pero feos y aplastados no? Yo los he visto en tierra...
Noooooooo, esos no son! Los zapateros son esos que están en el agua con un cuerpo super fino y unas patas muy largas que las mueven para mantenerse a flote... A ver si Justine nos lo confirma.
Sí, son los bichos que dice Rita, pero no tienen por qué estar moviéndose todo el rato para no hundirse. Eso les pasa a los lagartos estos tan graciosos que van corriendo a toda hostia. ¡Yo quiero uno de mascota! Y un lago en el salón, para poder verlo correr.
Jajajajaja, esos son las basiliscos! Los que tampoco pueden dejar de nadar porque si no se ahogan son los tiburones...
SE NOTA POR EL DESAYUNO QUE HICISTE QUE ERES UNA PERSONA MUY CULTA., PFFFFFF....
VAMOS, ESO NO SE LO COMEN NI LOS INGLESES GARRULOS CON CHANCLAS QUE VAN A MALLORCA A HOTELES DE 2 ESTRELLAS CON BUFFET.....
¡Es cierto! La próxima vez que desayune no olvidaré que debo hacerlo de forma que refleje adecuadamente mi cultura.
????????????
Y además, por qué lo dices chillando!!!?
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