-¿El infierno está lleno de malos?
"¡Se me está acabando la paciencia!" De pequeña solía imaginar la paciencia de mi madre como grandes sacos de esparto de los que salía una sustancia transparente, a borbotones, a través de una cuchillada en el fondo. Miguel estaba nadando hacía ya un rato en los últimos restos de mi reducido saco de esparto, pero se ha parado, ha venido a mi lado y ha agarrado mi mano entre las dos suyas, pequeñísimas, las únicas manos pequeñas que me importan.
-Bueno... Yo no creo que exista el infierno.
-¡Sí que existe!, en un cuento que tengo en casa sale dibujado.
-Sí, pero eso no significa que exista. Es como los dragones, y los magos, que están en los cuentos, y en la imaginación, pero no en la realidad. Podemos imaginar lo que queramos, pero no podemos hacer que exista.
-Sólo Dios puede hacer que las cosas existan, ¿no?
-Algunas personas tampoco creen que exista Dios.
-¿Y tú lo crees?
-No.
-¿Por qué?
-Porque nadie lo ha visto, igual que a los dragones.
Se queda un rato callado. Ya hemos llegado a la feria, y pasamos junto al tren de la bruja.
-¡Ves como existen! - Y señala los vagones, que tienen forma de dragón verde.
-Jajaja, ¡Miguel! Ése es de mentira.
Se ríe. Lo sabía de sobra.
-Pero... a Dios no le va a gustar que no creas que él exista. A lo mejor se enfada. Imagínate que yo no me creyese que tú existieras, ¿te enfadarías?
-¿Cómo no vas a creer que yo exista? ¡Me tienes aquí, me estás viendo! A Dios nunca le ha visto nadie.
-Ya, pero imagínate que al final sí que existe. ¡Nunca debes hacer nada que pueda enfadar a Dios! -Me aprieta la mano.- Aunque yo creo que eso no le importará mucho.
-No, yo tampoco lo creo.
-¿Y el cielo?
-El cielo, ¿qué?
-¿Tampoco existe?
-Bueno, yo creo que no.
-Y entonces, cuando te mueres, ya está, ¿no?
-Sí. Ya está.
-¿Y entonces de dónde salieron todas las cosas? ¿Quién las hizo?
-Eso es difícil, Miguel, y no se sabe del todo. La gente siempre se ha preguntado de dónde vienen las cosas, y muchas personas han estudiado e investigado mucho para averiguarlo. Parece que todo empezó con una explosión.
-¿Una explosión?
-Sí, el Big Bang. Algo explotó y ahí se empezaron a formar las cosas.
-O sea que explotó algo y entonces todo salió volando y se chocaron y ardieron y… - Agita los brazos y habla sin parar cosas incomprensibles. Por un momento vuelve a ser el niño loco que agotaba mis últimos granos de paciencia. Al rato se me vuelve a colgar del brazo y me mira otra vez.
-¿Por qué se llama Dios?
-No todo el mundo lo llama Dios. Hay otra gente que lo llama Alá, o Yahvé. Y hay gente que piensa que no hay sólo uno, que existen muchos dioses.
-¿Y por qué en España se utiliza más Dios?
-En España la mayoría de la gente es cristiana.
-¿Qué es cristiano?
-Cristianos son los que creen que Dios se llama Dios… ¿Quieres cenar un kebab a medias?